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Adicción a las redes sociales

  • Foto del escritor: Diego Emiliano Gervacio Negrete
    Diego Emiliano Gervacio Negrete
  • 16 oct 2019
  • 7 Min. de lectura

Actualizado: 20 oct 2019

Por Instituto de Formación Continua de la UB. Actualizado: 12 julio 2018


Adicción a las redes sociales: causas, consecuencias y soluciones.

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Las redes sociales constituyen una nueva forma de interacción, una nueva puerta que genera distintas posibilidades en el ámbito de las relaciones personales y profesionales. Las causas de la popularidad de las redes sociales se deben a muchos factores, lo que es innegable es que a día de hoy representa uno de los pilares de la comunicación.

Sin embargo, en ocasiones, el uso de las redes sociales comporta un riesgo importante. Así ocurre cuando las personas reducen su universo al filtro constante de las redes sociales, desplazando los vínculos presenciales a un segundo plano. La adicción a las redes sociales forma parte de un nuevo tipo de patología: las adicciones comportamentales, es un hecho real que produce mucho sufrimiento a quien lo padece. Una nueva realidad que requiere de un tratamiento integral y de nuevas formaciones profesionales como másteres y postgrados en adicciones comportamentales.


En la actualidad, las redes sociales han cambiado la forma de comunicación entre las personas. Cada persona utiliza las redes sociales con diferentes finalidades como hablar con amigos, conocer a gente nueva, difundir noticias, promocionar un trabajo etc. Mediante un correcto uso, pueden contribuir a un gran número de ventajas. No obstante, cada vez más las redes sociales se están utilizando para confeccionar identidades falsas, mostrando aquello que crees que estará bien visto por los demás, buscando una aprobación constante. Con el tiempo, la necesidad de la validación de los demás puede comportar graves problemas de autoestima ya que la persona se convierte dependiente de las opiniones ajenas. Por este motivo, la adicción a las redes sociales ha sido en muchas ocasiones relacionada con un bajo concepto de uno mismo, el cual se intenta suplantar con cambios de la propia identidad mostrados en la red. En esta adicción, el componente adictivo se basa en la rapidez de respuesta, la recompensa inmediata y la interactividad que comprometen las redes sociales, el cual causa un distanciamiento de la vida real, problemas en la autoestima, dificultad de control y aparición de ansiedad cuando no puede hacerse uso de ellas.


La adicción a las redes sociales y su relaciona con la baja autoestima .

Las redes sociales como Twitter o Facebook han cambiado la forma de relacionarnos y han llegado a influir, en algunos casos, en nuestro comportamiento. Cada persona utiliza las redes sociales con una finalidad: difundir su trabajo, dar a conocer su empresa, vender productos y servicios o contactar con antiguos amigos. De manera que la forma en cómo son utilizadas repercute en el individuo.

Desde su aparición se han llevado a cabo muchos estudios con el objetivo de conocer cómo afectan a nuestro comportamiento y a la forma que tenemos de valorarnos. Los resultados obtenidos han demostrado que su uso excesivo contribuye por un lado, al aumento del estrés y la sensación de soledad y por otro, a la disminución del sentimiento de felicidad.

Incluso, algunos estudios han relacionado la adicción a las redes sociales como Facebook, Instagram y Twitter con una baja autoestima. Resultados que se han visto apoyados por la presencia de sintomatología depresiva y falta de habilidades sociales en ellas. La razón se encuentra en que ante tantas publicaciones de la vida de los demás, la persona adicta realiza continuas comparaciones y acaba por pensar que su vida es aburrida, miserable y vacía. Sin darse cuenta de que el tiempo que podría estar dedicando a enriquecerla, lo está malgastando.


Tendencia a la depresión


Padilla-Romero y Ortega Blas (2017) en el artículo «Adicción a las redes sociales y sintomatología depresiva en universitarios», observaron que «el nivel severo de sintomatología depresiva se asocia a un nivel muy alto de adicción a redes sociales«. Las autoras afirman que una posible explicación podría «relacionarse la presencia de algunos indicadores depresivos como una autoestima baja caracterizada por presentar una percepción negativa de sí, escasos recursos de interacción social y el aislamiento social».

Además, de esta forma se podría entrar en un círculo vicioso porque aseguran que «el estado afectivo depresivo favorece el acceso a Internet en un intento de disminuir los síntomas depresivos con el fin de mejorar su relación social a través de este medio virtual«. Es decir, intentan salir de la depresión a través de aquello que les hunde más. Sin darse cuenta, que en lugar de acudir a las redes sociales, lo ideal sería acudir a un profesional de la psicología.


Inventar una vida


Por otro lado, la autoestima también se ve afectada de manera negativa cuando, para impresionar a los demás, se inventa una vida que no tiene para recibir más likes o comentarios. Porque a pesar de experimentar esa intensa pero breve sensación placentera cuando publica algo, más adelante esto no fortalecerá su propia valoración personal sino que puede convertirse en una esclava de las opiniones y los juicios de los demás.

A menudo, las redes sociales funcionan como un escaparate donde exponer casi exclusivamente todo lo que está relacionado con la felicidad. Comportamientos que de forma puntual no indican nada, pero que en exceso ayudan a la creación de un personaje o de una auténtica máscara. En el fondo, la adicción a las redes sociales indican una necesidad que no está cubierta. Un vacío que se parchea con la visita a los perfiles de los demás o la invención de una vida propia.

Ahora bien, las redes sociales no son malas ni peligrosas, sino el uso que hacemos de ellas. Por eso es muy importante tener en cuenta hasta qué punto son una prioridad en nuestras vidas. Nunca algo que tenga que ver con el exterior va a producirnos la felicidad que realmente queremos y necesitamos, porque esta solo es accesible desde nuestro interior.



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5 causas de adicción a las redes sociales

Comenzamos este artículo sobre las causas, consecuencias y soluciones de la adicción a las redes sociales hablando de los motivos más habituales que condicionan esta situación. Las principales causas de la adicción a las redes sociales son las siguientes:


Normalización del uso de las redes sociales. Uno de los factores que influye en el desarrollo de la dependencia hacia Instagram, por ejemplo, es la naturalidad con la que tantas personas comparten fotografías, escriben comentarios e interactúan con los demás. Una experiencia positiva y creativa que deja de serlo en el momento en el que la persona ya no disfruta de ello, sino que siente que su voluntad queda sometida por la necesidad constante de interacción.


Soledad. Internet es una ventana de relación social para todos. Sin embargo, quienes viven un periodo de soledad son más vulnerables ante el riesgo de dependencia porque observan en este vehículo de comunicación un sustituto de esos vacíos y carencias emocionales.


Alimento del ego. Algunas galerías de imágenes de Instagram proyectan un universo en el que la vanidad parece una constante a partir de imágenes protagonizadas por aquel que muestra sonrisas infinitas y un estilo de vida de ensueño. Pero, además, este deseo de mostrar una imagen de perfección también recibe un feedback en forma de “like”. Un tipo de lenguaje que ofrece una interacción inmediata y diferente a la de las relaciones presenciales. Es un riesgo confundir el número de seguidores con el valor de la autoestima.


Falta de límites. La adolescencia es uno de los periodos en los que los jóvenes son más vulnerables ante la falta de discernimiento de los posibles riesgos de las redes sociales. La falta de formación sobre el uso positivo de las redes sociales puede incrementar la confusión. Esta es una de las razones por las que los padres tienen también la responsabilidad de formarse para conocer el potencial de las redes sociales y la tecnología con el fin de hacer un buen uso de ella, ya que, además, el propio ejemplo de los padres también influye en los hijos.


Dificultades personales. Distintos factores, por ejemplo, barreras en el plano de las habilidades sociales pueden hacer que una persona se sienta aparentemente más cómoda al relacionarse a través de internet. El riesgo de esto es que el paciente desarrolla estrés y ansiedad cuando tiene que afrontar situaciones presenciales que salen fuera de su zona de confort.


Consecuencias de la adicción a las redes sociales

Dificultades para mantener la concentración. Aunque una persona esté físicamente presente en un lugar, su mente puede estar en otro totalmente distinto. Quien sufre adicción a las redes sociales consulta de forma compulsiva cualquier detalle, dejando en un segundo plano la realidad directa del día a día.


Alteración de los hábitos de sueño y descanso. La tendencia de vivir pegado a una pantalla altera el ritmo de vida en factores tan esenciales como estos. Por ejemplo, la costumbre de consultar el teléfono por la noche retrasa la hora del sueño o interrumpe el descanso nocturno.


Distorsión de la realidad. La persona se comporta como si el teléfono móvil fuese una prolongación de su ser tan importante como una parte de su propio organismo. Por ejemplo, se produce una pérdida de intimidad. La persona llega a la conclusión de que un momento es más feliz si lo comparte con los demás.


Falta de cuidado de la privacidad. Como consecuencia de esta pérdida de la esfera de la intimidad, quienes sufren adicción a Internet pierden el control de aquella información que comparten de sí mismos, es decir, no se dan cuenta de la cantidad de datos sobre su propia vida que facilitan a los demás. Gente que, en muchos casos, ni siquiera conoce en persona.


Vacío interior. Las redes sociales están marcadas por la interacción constante pero, también, por lo efímero de esta forma de expresión. Una fotografía compartida en Facebook hace unas semanas es totalmente caduca a día de hoy. Por esta razón, este exceso de actividad que queda en el plano de la superficialidad, deja tras de sí una inmensa sensación de vacío ante la alta demanda emocional de reconocimiento ajeno.



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Soluciones para tratar la adicción a las redes sociales

El primer paso es tomar conciencia del problema. Ser sincero con uno mismo para observar esta limitación al comprender cómo esta adicción está afectando al paciente no solo en su vida personal sino, también, en el plano académico o profesional.

Además, es conveniente pedir ayuda psicológica de un experto especializado en la materia para hacer terapia. El experto realizará un diagnóstico de la situación inicial para, a partir de ese momento, concretar un tratamiento individualizado que eleve la residencia del afectado frente a esos estímulos que generan algún tipo de malestar.


 
 
 

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